Este ajuste público redujo al 0,17% el crecimiento trimestral del Producto Interior Bruto cuando el Banco de España, el Gobierno e, incluso, el propio Instituto Nacional de Estadística (INE), que elabora el dato del PIB, habían confirmado un alza de tres décimas en varias ocasiones.
El descenso del gasto público en el último trimestre en el 3,9% frente al alza en el anterior trimestre del 0,6% ha levantado la suspicacia de la oposición, cuando precisamente en ese periodo los funcionarios sí cobraron la paga de Navidad (5.500 millones). Curiosamente, hace un año, cuando se suprimió esa paga extra, el consumo público intertrimestral sólo cayó un 0,3%. Esta caída «tan profunda», sin aclarar aún y que podría haber sido de unos 5.000 millones -medio punto de PIB-, ha sido calificada por el PSOE de "maquillaje contable" para encajar el déficit.
Según los analistas consultados por este diario, este ajuste público extra se ha tenido que hacer con carácter de urgencia para taponar el descenso de gasto previsto y no realizado y, sobre todo, los efectos de la caída de la recaudación. En concreto, hasta el pasado mes de noviembre, la recaudación del Estado por IRPF, como consecuencia del descenso de las bases imponibles, sobre todo por la reducción de sueldos, era de 65.265 millones de euros, cuando para todo el ejercicio la previsión presupuestaria llegaba a los 74.215. Por el Impuesto de Sociedades, la caja era de 15.280 millones frente a la estimación de recaudación de 19.012 a final de año. En cuanto al IVA, la previsión final era de 54.657 millones y la recaudación alcazaba 49.637.